Un viaje a Chulilla en familia

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Qué hicimos y vimos en este pueblo valenciano

Durante nuestra estancia en Chulilla, tuvimos un tiempo bueno, aunque una madrugada nos llovió, con mucho viento eso si y algo fresquito.

barbacoa en chulilla

Aunque el plan era cocinar lo menos posible, el disponer de una barbacoa en el jardín (era más bien un patio exterior) nos animó a usarla al máximo. Por ello, lo primero fue abastecernos de carnes, chorizos, morcillas, carbón y de toda la parafernalia para la comida. Nuestra primera visita fue al pueblo, pues el alojamiento se encontraba a pocos kilómetros, junto al cauce del río Túria.

Al ser un pueblo de montaña sus calles son angostas para el tráfico de vehículos, sin sitio prácticamente para dejar el coche. Existen aparcamientos habilitados alrededor que os recomiendo usar, desde donde en poco más de 10 minutos te plantas en la Plaza Mayor.

La ruta de los puentes colgantes

ruta puentes colgantes chulilla

Esta ruta se hace en unas dos horas y media, y cruza en varias ocasiones a cada ladera de la Hoces del Turia. Deberás dejar el coche en el Ecoparque o en una explanada a unos 300 metros, justo antes de empezar a andar.

Es una ruta no apta para ir con coches de niños, por el amplio número de escaleras que te encontrarás en tu camino. Recomendable, y así lo avisan al principio de la ruta, llevar una mochila con agua, pues no hay sitios donde beber en todo el recorrido. Y se debe ir muy pendiente de los niños y de sus juegos y carreras pues en ciertas zonas la caída es bastante escarpada y no hay quitamiedos o barandillas.

El puente más alto tiene una altura sobre el río de aproximadamente unos 15 metros, no apto si tienes miedo a las alturas, y una longitud de la pasarela de 21 metros.

La charca azul

la charca azul Valencia

Existe un lago idílico en los alrededores del municipio de Chulilla conocido como Charca Azul, por el color que emana de sus aguas; un color azul turquesa intenso, aunque en las guías más eruditas te dan una razón diferente referente a su nombre. Al provenir del término árabe Azud que indica la presencia de una pequeña presa en la zona usada para regar las huertas del pueblo.

Es una ruta sencilla para ir con los niños, que permitirá a los peques trepar, a modo de escalador, por alguna de las grandes rocas de la zona. Durante toda la ruta estaremos siguiendo el curso de río Turia pero en sentido contrario. Existen múltiples pozas de agua que te permitirán darte un remojón si el tiempo acompaña. No te llevará más de hora y media recorrerla en ambos sentidos, contando con las paradas lógicas para admirar el paisaje.

La subida al Castillo de Chulilla

castillo de chulilla

El castillo de este bonito pueblo valenciano, declarado monumento Histórico artístico en 1981, se sitúa en lo alto del monte que corona el pueblo. Existe un acceso desde casi el centro del pueblo. No es una ruta difícil para los niños, y las vistas de todo el paisaje merece la pena. Se puede hacer antes del aperitivo, pues en la plaza del pueblo disponéis de diferentes bares con terrazas donde tomarlo. Nosotros lo hicimos en Ca Bárbara y la verdad es que las raciones nos gustaron… y sobre todo el precio. Enfrente, en la misma plaza, tienes un pequeño supermercado, tahona de pan y estanco.

En definitiva, puedo decir que ha sido una experiencia en familia estupenda. Un viaje en familia donde se han conjugado actividades deportivas, gastronómicas -menudas barbacoas hemos hecho, la envidia de los alojados a nuestro alrededor ¡seguro!- y lúdicas. Un último consejo, os recomiendo llevar algún juego de mesa que otro para esas horas de relax y si no sabes qué cacer con los niños, pues son fuente inagotable de actividad.