Madrid, pueblo a pueblo, con niños (XI): Villa del Prado

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villa del prado

Bordeado por el río Alberche y nacido a los pies del castillo de Alhamín, fortaleza de origen árabe –situada entre tierras de Madrid y Toledo-, este municipio –conocido en sus inicios como El Prado- pasó a pertenecer a Madrid, ya con el título de villa, en 1833. Está rodeado de naturaleza a orillas del río y cuenta, además con muchas fuentes de agua y manantiales y espacios para disfrutar del aire puro. Por otro lado, junto a Villa del Prado encontramos el Parque forestal del Gurugú, un enclave natural espectacular -a en las ‘faldas’ del monte del mismo nombre- cuenta con una exuberante vegetación y con zonas recreativas para disfrutar del agua y de un picnic en familia.

Su patrimonio histórico es más que destacable, con sus tres ermitas (y sus romerías) y la iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Está a 60 kilómetros de Madrid y a 75 de Toledo, cerca de pueblos también de gran belleza y de centros de ocio para regocijo de los más pequeños. Iniciamos el viaje, empezando por su historia.

Un paseo histórico por el municipio y su rico patrimonio

El castillo de Alhamín fue clave como torre de vigía entre tierras cristianas e islámicas. Hoy no quedan restos de él, ni siquiera el puente, que se derribó a inicios de este siglo. Dicen que se levantó sobre una fortaleza anterior y fue clave de litigios en los momentos de repoblación. El Prado perteneció al arzobispado de Toledo hasta que el noble y condestable Álvaro de Luna –de cuyo palacio quedan huellas evidentes en el pueblo- se lo adquirió a la Iglesia en 1436. Luego pasó a manos de su hija y de la familia política de ella, los López de Mendoza, que fueron quienes le dieron el título de villa.

Tras convertirse, en el siglo XVII, en un lugar de gran riqueza económica, gracias a la agricultura y ganadería, y a la industria de encurtidos, se inició la construcción de bellas casas blasonadas. Pero en el siglo XVIII las sequías y pandemias dieron vuelta su riqueza. Villa del Prado estuvo, además, involucrada en la Guerra de la Independencia –ocupada por las tropas francesas- y también en I guerra carlista. Hasta finales del siglo XIX no recuperó su riqueza y fue entonces cuando comenzó a crecer demográficamente.

Bonitas ermitas y espíritu ‘fiestero’

romería pueblos

Villa del Prado siempre se ha caracterizado por sus tradiciones, romerías, fiestas –todo en torno, en buena parte, a su rica gastronomía y sus múltiples celebraciones religiosas-. Cuenta con tres ermitas. La más destacable es la de Nuestra Señora de la Poveda (siglo XVII), patrona del municipio. Su portada y sus tres retablos con pinturas al óleo son de estilo barroco. Su ‘fiesta grande’ es el lunes de Pascua, cuando tiene lugar la romería y se reparte entre los asistentes el pan bendecido. Ese día y, en honor a la patrona, se hacen castillos humanos en las dos entradas a la ermita. Como el río Alberche inunda parte de la zona con sus crecidas, cuenta la tradición que ‘visita’ a la Virgen, cuya imagen apareció flotando en sus aguas.

Las otras dos ermitas son la del Cristo de la Sangre, más pequeña y alejada de la población -al norte de ella-, en la que se realizan procesiones, y la de Santa Lucía, también con imaginería barroca. La iglesia gótica de Santiago Apóstol, ya en el centro del pueblo, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1980. Fue restaurada en la década de los 90.

En Villa del Prado también podréis encontrar huellas de la Edad Media, como el Puente de Canto.

Belleza natural y propuestas de ocio

Si hay algo que os va a apasionar es el Parque Forestal El Gurugú, un regalo de la naturaleza de 19 hectáreas, del que parten diferentes rutas de senderismo y en el que abundan los pinares de piño piñorero, encinas, las retamas y las jaras, y varias especies vegetales, como el enebro y los eucaliptos. En la parte más elevada, a poco más de 600 metros, está el Pico del Águila, con vistas espectaculares de Villa del Prado y también de los vecinos Navalcarnero y Aldea del Fresno. Es un lugar ideal para disfrutar de un día campestre ya que cuenta con mesas y bancos para realizar una comida o merienda y zonas de juegos infantiles. Dentro del parque –cerca de la entrada- está también la ruta de las fuentes, que no os podéis perder.

Todo está perfectamente señalizado. A orillas del río Alberche también se puede disfrutar de una jornada de picnic en el área recreativa de La Poveda.

Planes para toda la familia

En el Club Hípico Los Rosales (Avenida los Parrales 51, en el mismo pueblo) se realizan rutas e itinerarios a lomos de un caballo para recorrer y descubrir los más bellos rincones con guías especializados. El club, inaugurado en 1992, cuenta en sus instalaciones con terraza al aire libre (con máquinas expendedoras de bebidas) y también con salón cerrado. Según el trayecto que vayáis a realizar os recomendarán asistir con pantalón largo y con zapatillas deportivas o con botas. Desde allí se pueden concertar otras propuestas de multiaventura o senderismo. Los precios se consultan –según activada y número de personas con el propietario, a través de este enlace.

Muy cerca de Villa del Prado (en la Carretera de Cenicientos, km 3, en Almoroxball, Toledo) tenéis la posibilidad de vivir un día de multiaventura total, con zona de paintball (con seis escenarios) rutas en quads, miniquads, parque de aventuras, futbolín humano… Nos referimos al centro Almoroxball Zona Paintball. Disfrutaréis de una jornada especial.

¡Vamos a comer!

disfrutar de su gastronomía

La gastronomía de Villa del Prado es destacable (y abundante). Tienen fama reconocida sus carnes y empanadas, así como todos sus productos de bollería, en especial las torrijas y tortas de Semana Santa y sus famosos retorcidos. A la hora de sentaros a la mesa de un local os recomendamos disfrutar en el Mesón-restaurante El Molino (en el pueblo), con terraza, buen servicio y estupenda carta. A destacar, el cochinillo, la paletilla de cordero, el queso de la zona y su tarta elaborada con él. El horario es de lunes a viernes y domingos, de 12:00 a 17:00, y los sábados, de 12:00 a 24:00 (teléfono: 686 20 56 07).

Hay muchos más restaurantes recomendables (también en pueblos cercanos como Cadalso de los Vidrios, del que ya hemos hecho mención especial en esta serie). Atended a las sugerencias de los lugareños. En cualquier caso, saldréis satisfechos