Si os gusta la nieve y no esquiáis… hay otros planes

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actividades con nieve

¿A quién no le gusta levantarse de la cama y ver por la ventana un manto de nieve cubriendo las calles de su localidad? A los niños, seguro. Les basta con sentarse sobre una superficie deslizante o un pequeño trineo adaptado a ellos –y seguro- para reptar por pequeñas cuestas sobre la nieve o, simplemente, jugar a tirarse bolas y disfrutar en familia.

Muchas familias esperan con cierta ansiedad la llegada del fenómeno meteorológico para acudir a las estaciones de esquí, pero hay otras en las que sus miembros no esquían, porque no pueden o (aunque les animemos a ello) les da cierto ‘respeto’. En nuestro país nieva y mucho, especialmente en zonas de la Comunidad de Castilla y León y en el Pirineo aragonés, y, aparte de calzaros unas tablas de esquí, hay muchas más actividades de las que disfrutar en familia en pueblos nevados, aunque el fin de semana que elijáis no haya nieve. Por ejemplo, las pistas de patinaje sobre hielo son otro ‘blanco’ perfecto. Os dejamos dos buenos ejemplos para disfrutar en familia.

Jaca (Huesca): patinaje sobre hielo y naturaleza en vivo

patinar sobe hielo

Además de recorrer las calles de la pirenaica, monumental y bella localidad aragonesa –muy próxima a las estaciones de Candanchú y Astún-, en Jaca los más jovencitos tienen muchas y divertidas propuestas. El Pabellón de Hielo de Jaca es una de ellas. Cuenta con dos pistas, una olímpica (de 60 metros x 30 metros) y otra lúdica (de 50 metros x 20 metros). En la última hay sesiones de patinaje, de 1 día hasta 5 días, con una hora de duración. También hay propuestas para fines de semana, vísperas de fiesta y festivos. El precio de la entrada con alquiler de patines es de 9 euros para adultos y de 7 euros para niños, y, sin alquiler de patines, de 7 euros para adultos y de 4,50 para niños. Los horarios y otras tarifas las podéis consultar en su web: pabellondehielojaca.com. El mismo centro dispone de una ludoteca para que los chicos de entre 5 y 15 años realicen, acompañados de monitores, actividades especiales sobre hielo. El Pabellón se encuentra en la Avenida Perimetral s/n. Teléfono: 974 35 51 92.

Borce, en Francia, a tiro de piedra de Jaca

Si estáis de vacaciones navideñas en la zona, una buena idea es trasladaros a la localidad de Borce, ya en Francia, pero a menos de 45 minutos en coche desde Jaca. Allí encontraréis un lugar único, el Parc’Ours, un bellísimo lugar que respeta el ecosistema y en el podréis descubrir la fauna ibérica, durante una o dos horas de paseo (hay dos rutas). Osos, ciervos, cabras montesas…, en su entorno, no solo entusiasmarán a los niños sino que su cuidado les trasladará conceptos pedagógicos. El parque es accesible a personas con movilidad reducida y a cochecitos de bebés (en el parque también alquilan mochilas portabebés). Cuenta además con un área de recreo y con tienda de productos bio. El horario de vacaciones de invierno, fines de semana y festivos es de 10:00 a 17:30. Teléfono: (+33) 601 73 46 09.

Y, de vuelta a Jaca, un plan estupendo es el tapeo, muy reconocido y recomendable (organizan con un concurso de tapas). En cualquier calle de la localidad encontraréis un lugar para saborearlo.

Frías (Burgos): destino medieval

Castillo de los Duques de Frías

Al norte de la provincia de Burgos, sobre la peña de La Muela y en la comarca de Las Merindades, se encuentra este bonito pueblo medieval. Está a una hora en coche de la capital burgalesa y es un estupendo e histórico lugar para visitar en fin de semana –abrigaditos si hay nieve-. El Castillo de los duques de Frías (también conocido como Castillo de los Velasco) es uno de los primeros lugares que os recomendamos visitar. Los peques siempre disfrutan trasladándose a otras épocas. Se accede a él por un pasadizo sobre un foso y se pueden visitar las antiquísimas zonas de residencia y la Torre del Homenaje, además de otras estancias. Está en el Parque Alfonso VIII y el horario de visitas (todos los días) es de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 18:30. El precio es de 2 euros por persona.

Algo que os asombrará de esta localidad son sus Casas Colgantes (sí, como las de Cuenca). Fueron construidas con madera y toba y coronan, escalonadas y uniendo calles para aprovechar el terreno urbanístico, la parte alta de la localidad.

Después de realizar vuestra ruta -después de enero se reanudan las rutas guiadas organizadas por el Ayuntamiento de Frías- y recorrer el Puente Medieval, de 140 metros sobre el río Ebro, y pasar bajo el arco de su torre, os podéis dar un homenaje culinario en Ortiz Bar Restaurante, un establecimiento de buena cocina española. Destaca en su carta el lechazo al horno, pero los niños quedarán encantados con sus canelones y con sus postres caseros. Sus menús son muy acertados y el precio muy ajustado. Está ubicado en la Calle del Mercado, 19, El horario, de lunes a domingo, es de 10:00 a 24:00.

Os deseamos una buena temporada de nieves (y de bienes).

B.C.