La entrada a yacimientos y monumentos arqueológicos será gratuita

En Castilla-La Mancha durante 2022

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Buenas noticias para las familias que hagan escapadas durante este año en Castilla-La Mancha. La Junta ha estipulado que la entrada a todos los los parques, yacimientos y monumentos arqueológicos que dependan de ella tenga la entrada gratuita, eso sí siempre bajo reserva.

Es una magnífica oportunidad para iniciar a los niños en la rica historia de nuestro país, aprovechando un viaje de fin de semana. La oferta es muy grande y variada, desde yacimientos prehistóricos, celtíberos, romanos, visigodos o musulmanes. Entre los lugares más emblemáticos de esta región se encuentran los siguientes:

Parque Arqueológico romano de Carranque (Toledo)

Está constituido en torno a una villa romana que se encuentra a 5,3 kms. de distancia del municipio de Carranque (Toledo), en dirección Noroeste, formando parte su término municipal, lindando con la Comunidad de Madrid. Conocido arqueológicamente como el yacimiento de Santa María de Abajo de Carranque, este enclave surgió en un momento altoimperial como centro de explotación de los recursos agrícolas del entorno y ya en época tardorromana se configuraba como un importante centro de poder de un territorio aún por definir y caracterizar.

Parque Arqueológico visigodo de Recópolis (Guadalajara)

Está formado por los yacimientos arqueológicos de la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita con su alcazaba, (después convertida en Castillo). Dista una de otra escasamente 1,5 km., siguiendo la ribera del río Tajo, en su margen izquierda, a la altura del municipio de Zorita de los Canes en Guadalajara.

El Centro de Interpretación se sitúa en la carretera de subida al cerro donde se encuentra el yacimiento. En él se encuentra la información necesaria para comprender la historia y el contexto histórico en el que se desarrolla el yacimiento arqueológico.

Villa romana de Noheda. Villar de Domingo García (Cuenca)

Este yacimiento es una villa romana de los siglos I a.C.-VI d. C., y está situado a 18 kilómetros de la ciudad de Cuenca. Se localiza a escasos 500 metros al noroeste de la pedanía de Noheda, de la cual toma su nombre, perteneciente al municipio conquense de Villar de Domingo García; en un terreno en ligera pendiente delimitado al Sur por el arroyo Chillarón, mientras que al Norte se ubica el cerro de la Cuesta de las Herrerías.

Conocido internacionalmente por albergar el mosaico figurativo más espectacular de todo el Imperio, este yacimiento arqueológico está compuesto por restos inmuebles de una villa romana, habiéndose documentado varias habitaciones de lo que sería parte del edificio suntuario del complejo rural tardorromano.

Monasterio de Bonaval. Retiendas (Guadalajara)

Situado en el término municipal de Retiendas (Guadalajara) a 49 kilómetros al norte de la capital alcarreña, fue fundado en la segunda mitad del S. XII, por un grupo de frailes procedentes del monasterio de Balbuena (Valladolid) con la finalidad de extender la Orden del Cister por las tierras al sur del Sistema Central. El rey Alfonso VIII, en 1175, confirmó la propiedad a los monjes. Los restos que actualmente subsisten datan del S. XIII. Se hicieron varias reformas en el S. XVII y finalmente fue abandonado por los monjes en el en 1821, pasando a manos privadas. Del conjunto monacal se conserva el ábside, la sacristía, el crucero y la nave meridional de la iglesia, además de algunos muros de otras dependencias.

Yacimiento del Ceremeño. Herrería (Guadalajara)

El Ceremeño es uno de los yacimientos arqueológicos más representativos de la Edad del Hierro en la Meseta oriental y exponente de la cultura celtibérica en esta parte del territorio castellano manchego. Está situado en el término municipal de Herrería, al noreste de la provincia de Guadalajara.

Este pequeño poblado posee una superficie que apenas alcanza los 2.000 m2, estando estratégicamente dispuesto en un pequeño cerro adelantado sobre la vega del arroyo Saúco, que vierte sus aguas al río Gallo.

Este castro muestra la existencia de dos fases de ocupaciones sucesivas y superpuestas. La primera está fechada a mediados del S. VI a. C., correspondiendo al periodo Celtibérico Antiguo caracterizada por ser un asentamiento en altura, con buena planificación del espacio habitado, modelo de “calle central”, construcciones domésticas y estructuras defensivas de piedra, todo lo cual le confiere al poblado un carácter sólido y permanente. En el periodo celtibérico pleno se observan algunas variaciones en la distribución urbana y en el sistema defensivo, como es la construcción de una torre en los ángulos noroeste y suroeste y un codo o inflexión en la muralla.

Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda. Hellín. (Albacete)

El Tolmo de Minateda, ciudad trimilenaria, constituye el conjunto arqueológico más importante de la provincia de Albacete. En un espectacular peñasco cuya localización y altura lo convertían en un lugar estratégico para controlar los caminos entre Albacete, Murcia y Alicante, este peñón fue un lugar elegido por diferentes grupos humanos para llevar a cabo sus asentamientos desde la Edad de Bronce hasta el siglo X d.C.

Hasta la fecha, la ocupación más antigua que se ha constatado pertenece a la Edad de Bronce y se trataba de un enterramiento, una fosa común para los muertos, un cementerio de aquella época. Durante la civilización íbera, se siguen realizando en este lugar túmulos y monumentos funerarios; así como una estructura de muralla realizada en mampostería.

Yacimiento de Ercávica. Cañaveruelas (Cuenca)

Fue una ciudad romana situada en el extremo Noroeste del término municipal de Cañaveruelas (Cuenca), coincidiendo su límite occidental con el Pantano de Buendía. Fundada en el siglo I a.C. gozará de un estatuto privilegiado en el contexto de las comunidades conquistadas por Roma: el derecho latino antiguo, como confirma Plinio, al calificar a los ercavicenses de latini veteres.

La etapa de plenitud de la ciudad, coincidente con la etapa alto imperial (siglos I y II d.C.), da paso a un período de paulatino declive que desembocaría en su abandono a lo largo del siglo V d.C.

Conjunto de los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

El conjunto arqueológico visitable de los Casares está compuesto por una caverna prehistórica, mundialmente conocida por sus grabados paleolíticos, un poblado de época hispanomusulmana que se extiende por la ladera del cerro y un torreón islámico que corona el conjunto. Estos yacimientos arqueológicos pertenecen al término municipal de Riba de Saelices, Guadalajara, ubicado en plena Sierra del Ducado, casi en la divisoria de aguas entre las cuencas del Tajuña y el Tajo. Las excavaciones practicadas han puesto de manifiesto una de las secuencias culturales más amplias del ámbito de la Meseta, que abarca desde el Paleolítico Medio hasta la Baja Edad Media.

Parque Arqueológico de Alarcos (Ciudad Real)

El cerro de Alarcos está situado en el margen izquierdo del río Guadiana, a 8 kilómetros de Ciudad Real capital. Allí se encuentra un yacimiento de los más espectaculares de la región, no sólo por su extensión –22 ha de espacio intramuros– sino también por la importancia de los restos hallados.

En el Parque Arqueológico de Alarcos, escavado desde 1984, encontramos fundamentalmente vestigios arqueológicos que evidencian la ocupación humana de este espacio desde la Edad del Bronce hasta la Plena Edad Media, con un largo periodo intermedio de despoblación en épocas romana y visigoda.

En la actualidad se encuentra recuperado un sector de la trama urbana de la ciudad íbera que data de finales del siglo VI a. C. y que nos permite conocer la vida cotidiana de la tribu oretana que habitó aquí; y buena parte de la muralla y el castillo medievales que fueron fundamentales en uno de los enfrentamientos más significativos de la Edad Media peninsular: la batalla de Alarcos, que enfrentó a cristianos y musulmanes en 1195. Debido a esto, en el yacimiento también se ha descubierto un conjunto de armas único.

Los cristianos perdieron esta batalla y como consecuencia el control del enclave, al que no regresarían hasta el año 1212 en el que, gracias a la victoria en las Navas de Tolosa, el poder cristiano se consolidó definitivamente.