Ir o no ir a Cataluña

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cataluña

Seamos sinceros. A la mayoría de los españoles no residentes en Cataluña nos puede dar en este momento cierta aversión viajar a dicha autonomía. Los conflictos, aunque sean pacíficos, dan pereza, mucha pereza. A nadie le apetece, en principio, acudir a un lugar donde creemos que nos pueden mirar mal o tratar de una forma no adecuada. Y por supuesto, estamos en nuestro derecho de exigir un buen trato y la atención que se merece cualquier viajero, que gasta su tiempo, su dinero y ayuda a promocionar un determinado destino.

Esa es la parte emocional, claro. También podríamos pensar que si viajamos a un país de otra cultura diferente a la nuestra, los paisanos del lugar podrían tener ciertos miramientos hacia los turistas foráneos. Al principio los guías hacen su trabajo y nos previenen tanto, nos meten tanto miedo, que muchas veces podemos hasta viajar a un país y no conocer nada.

Pero luego, cuando rompemos la muralla de los temores que nos han impuesto, del maldito Google y de los consejos de un cuñado plasta que siempre ha estado allí antes que nosotros -y por supuesto tomamos las medidas adecuadas para cada lugar-, nos damos cuenta que en los diferentes pueblos a los que podamos viajar, la mayoría de la gente suele tratarnos muy bien, son amables y atentos con los turistas, a pesar de los asustaviejas de la Sexta, de los pseudoexpertos que opinan en la radio, o del sinfín de medios digitales que cada día tienen que publicar algo escandaloso.

Castellfollit de la Roca Cataluña
Castellfollit de la Roca

Siempre hay algún energúmeno

Que si nos encontramos con algún energúmeno del partido radical de la CUP éste nos puede hacer algún comentario inapropiado; pues lo mismo sí, aunque a mí no me ha pasado, la verdad. Pero estoy convencido de que si estamos en algunos de los maravillosos parajes que dispone Cataluña, en una casa rural, en las montañas o cerca de la playa, los mismos paisanos le taparán la boca.

Y, aunque Barcelona puede ser otra cosa –tampoco lo veo tan claro en mis últimas estancias-, seguro que en ninguno sitio que elijamos de Cataluña va a venir ningún independentista a darnos la matraca.

Por el contrario, estoy plenamente convencido que la gente que se dedica al turismo va a mimar a sus clientes más que nunca. No en vano las reservas en Cataluña se han desplomado desde que entró en vigor el procés en más de un 30 %, y ningún catalán puede estar contento con esta situación, salvo los descerebrados ya mencionados que parece que quieren llevar al aislacionismo a la bella Cataluña.

Si consideramos la parte crematística, seguro que es un buen momento para ir a esta autonomía. Desde luego en Barcelona -quizás el destino más conflictivo de la región- los precios de los hoteles se están hundiendo y son mucho mejores que en cualquier época de los últimos años. Puede ser una magnífica oportunidad para visitar la ciudad condal sin las aglomeraciones de las que se quejaba su inefable alcaldesa Ada Colau, y por las que ahora suspiran todos los comerciantes, restauradores y hoteleros de la ciudad.

Y aunque a veces me pregunte si en realidad Ada Colau piensa como los radicales independentistas –sus últimas declaraciones son tan estúpidas y con tanta sinrazón- no por ello dejaré de desplazarme todo lo que pueda a una de las regiones más bellas e increíbles de España.

pueblo con castillo en cataluña
Corbis. Tossa de Mar

Mi experiencia siempre ha sido magnífica y no creo que esto cambie a pesar de los desvelos de muchos por conseguirlo. Yo os animo a que, si tenéis la oportunidad, viajéis allí este Puente de La Constitución, seguro que no hay problema de plazas. Y si lo que os he contado no es así, os brindo nuestras páginas para que nos contéis vuestra experiencia, y podréis taparme la boca.

No digo más, !Visca Cataluña!  Eso sí, que pierda el Barca.

Chema Rodríguez