Claves para relajar a los más pequeños y que duerman de un tirón

El sueño de un bebé es en periodos alternos

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dormir sueños bebés

Es predecible. Después de ver su carita de recién nacido y embobaros ante ella, de amarlo desde mucho antes de su nacimiento, de sentiros orgullosos de los elogios de familiares y amigos…, un día el bebé llora, llora y llora en cuanto lo tumbáis en su cuna. Es algo habitual en los chiquitines de menos de 6 meses, ya que el sueño de un bebé es en periodos alternos –varias veces al día- y si los acostáis a dormir después de las 20:00 –límite para su sueño nocturno- es probable que se encuentren sobrexcitados, con exceso de adrenalina (sobre todo, si han estado expuestos a mucha luz o sonidos) y no caigan fácilmente en brazos de Morfeo.

El sueño de un bebé: largo y tranquilo

sueño de un bebé o cómo dormir a un niño

Hasta concluido su primer medio año de vida suelen dormir unas cuatro veces al día y la última de ellas es durante la noche. Los especialistas indican que este periodo de descanso sea el más largo y que nunca se inicie después de las 20:00. El hecho de que se despierten a lo largo de este tiempo (y más de una vez) es normal, pero para conseguir que se acuesten cansados, pero no excitados el objetivo es que lo hagan sobre las 19:00.

Aunque hay quien señala que los masajes son un buen método para que se relajen y dejen de llorar, sus cuerpecitos son tan delicados que si no sois especialistas en la materia puede resultar contraproducente. No nos referimos a las caricias, que siempre vienen bien, pero os dejamos otras ideas, algunas muy curiosas, para conseguir el deseado sueño de un bebé.

El ‘método’ de las bolas de nieve

En este tramo de edad y hasta los 8 o 9 meses, hay una ‘terapia’ que suele funcionar: la de las bolas de nieve. Muchos de vosotros tendréis en casa esas bolas de cristal o domos con un paisaje en miniatura dentro. Por lo general, se adquieren en los viajes y emulan ciudades o lugares en los que suele nevar (las podéis comprar en muchos comercios de vuestras localidades y también on line). La bola lleva también dentro agua; al voltearla el líquido hace que los copos blancos del interior simulen una nevada. Os podemos asegurar que relaja a los bebés, que miran hipnotizados la bola, hasta que el sueño los rinde.

A partir de los 2 años, ¡a colorear!

Cuando están a punto de cumplir los 2 años ya mantienen –de alguna manera- una pintura entre sus dedos. Es una excelente idea -aunque se salgan de los márgenes del dibujo- que coloreen libros indicados para ello, una hora antes de irse a dormir, como poco. Se tranquilizarán, seguro. Os recomendamos que utilicen colores pastel, suaves, y no los más ‘vivos’, como el rojo o el amarillo.

La editorial Usborne ha lanzado este año un estupendo libro para colorear: Sirenas. Los peques pueden emplear un pincel especial que se moja solo en agua para que los dibujos en blanco y negro cobren vida y color. Son imágenes muy relajantes: sirenas jugando con delfines, descansando en la playa… También aparece en estas páginas una princesa de los mares. Este libro, con contracubierta desplegable para evitar que la tinta pase a la página siguiente, está recomendado para los más chiquitines. En usborne.es podéis encontrar otras propuestas para otras edades y libros para pintar con los dedos.

La técnica 4-7-8 para los mayorcitos

dormir a los peques

A partir de los 4 o 5 años aparece en los peques la ‘respuesta del NO’ cuando los mandáis a la cama. Aunque os parezca difícil, con un poco de práctica, hay una técnica de respiración que siempre funciona. La autoría es de Andrew Weill, un profesor de la Universidad de Harvard. A los niños se la tendréis que plantear como un juego. Primero deberán coger aire por la nariz durante 4 segundos y contar: uno, dos, tres y cuatro. El segundo paso es retener el aire 7 segundos y contar, de uno en uno, los números hasta 7. Después se expulsa el aire durante 8 segundos, que se vuelven a contar (con vuestra ayuda).

Este método para dormir a pierna suelta no es exclusivo de los peques. Tanto a ellos como a vosotros, os ayudará a espantar el estrés y a ellos, sobre todo, les aleja de los miedos que, a veces, el hecho de pensar en posibles pesadillas, provocan que no se quieran dormir.