Una escapada para visitar los pueblos celtas en España

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restos arqueológicos

Han pasado casi más de veinticinco siglos, pero el aura mística que envuelve a la cultura celta sigue reflejándose intacta. Las profundas raíces de esta civilización, de la que aún se desconoce con exactitud su procedencia y el origen de sus símbolos, vuelven a tomar fuerza, una poderosa hermandad que une los puntos de España e Irlanda y todos aquellos lugares en los que llegaron a asentarse. De hecho, recientes estudios genéticos han confirmado que los primeros habitantes de Irlanda llegaron a la isla desde el norte de España, celtas que emigraron desde las costas cantábricas. Interesante, ¿verdad?

También será una visita que a los niños les gustará. No hay nada que más encandile a los niños que las historias de antiguas civilizaciones, sobre todo, si les son bien explicadas.

Vestigios celtas para visitar en una escapada

Son, principalmente, los castros, los lugares donde habitaron los primeros pobladores de la península ibérica. Algunos de los más destacados, os los agrupamos por zonas de importancia, son:

El paso de los celtas por Galicia

Son numerosos los vestigios celtas, tanto arquitectónicos como culturales -por su parte, otra interesante peculiaridad de Galicia con probables raíces celtas estriba en su tradición de meigas y bruxas-, que podrás conocer durante tu visita a Galicia. Hay ciertos yacimientos de enorme importancia histórica que se convierten en una visita obligada.

Castro de Santa Trega (Pontevedra)

pueblos celtas

A Guarda, en Pontevedra, es uno de los enclaves turísticos más importantes de Galicia, en gran parte por el Monte Trega, lugar de visita obligada por sus interesantes valores arqueológicos, religiosos y paisajísticos. Un lugar privilegiado desde el que se domina todo el paisaje y se puede contemplar el estuario y la desembocadura del río Miño en el Atlántico. .

Este gran yacimiento arqueológico que ocupa unas 20 has de superficie, de las cuales tan solo una pequeña parte está excavada -con restos bien conservados y con dos viviendas reconstruidas-, tiene sus orígenes documentados en el s. IV a. C. Situado a 341 metros de altura desde, llegó a acoger a unas 5 000 personas durante su época de mayor esplendor, allá por el siglo I a. C., y era uno de los más grandes del noroeste peninsular. Está declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y también tiene la consideración de Bien de Interés Cultural.

Castro de Baroña (A Coruña)

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Este castro, construido en una península sobre las rocas junto a una maravillosa playa, se encuentra en la parroquia de Baroña municipio de Puerto del Son, en la provincia de A Coruña. Todavía conserva los vestigios de unas veinte casas.

El acceso no está restringido y es totalmente gratuito, pero te recomiendan que sigas un orden en la visita para que no te pierdas nada. En el punto de información te facilitan un folleto explicativo.

En el asentamiento se pueden ver perfectamente construcciones que sirvieron de escaleras de entrada al poblado, diferente muros defensivos utilizados para evitar que el enemigo entrara a atacar a los habitantes y construcciones con forma de elipse y circulares que servían de viviendas familiares.

Si tienes oportunidad, tras la visita, acércate al Complexo dunar de Corrubedo, a tan solo 15 minutos en coche, para disfrutar de sus duna móvil -la mayor una de Galicia- con más de 1 km de largo, unos 250 m de ancho y unos 20 metros de altura. Está situado entre las rías de Arousa y la de Muros e Noia, el parque ocupa cerca 1.000 hectáreas.

Castro de Viladonga (Lugo)

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El castro de Viladonga es un castro galaico-romano situado en el municipio de Castro de Rey, en Lugo. Está localizado sobre una colina de 535 metros sobre el nivel del mar, desde donde se domina visualmente gran parte de la comarca lucense de la Tierra Llana.

Cuenta con algunas murallas y un museo adyacente situado entre las dos últimas murallas del lado sureste del Castro, muy cerca de su croa. Aquí podrás contemplar algunos de los elementos arqueológicos hallados durante las excavaciones.

Otras zonas de la huella celta en la península ibérica

No solo Galicia tiene vestigios de los pueblos celtas, asimismo otras zonas como Asturias, Cantabria al norte, el centro de la península y el sur, entre otras, fueron asentamientos donde vivieron desde la II Edad del Hierro hasta la llegada de Imperio Romano a España. Os dejamos nuestra selección.

Castro de Coaña (Asturias)

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El Castro de Coaña es el más popular y mejor conservado de cuantos castros se conocen en Asturias. Esta notoriedad se debe a lo temprano de su descubrimiento y a la gran extensión excavada a lo largo de casi doscientos años de intervenciones. Ubicado en la localidad de Pueblo de Villacondide, Coaña.

Construido sobre una pequeña colina situada en la margen izquierda de la ría de Navia, y delimitado por una gruesa muralla a la que precede en todo su perímetro un foso excavado en la roca; la ruina de los antiguos muros ocultó la presencia de esta trinchera hasta su descubrimiento reciente en el flanco occidental del camino de acceso al yacimiento.

El acceso al asentamiento celta está regulado con entrada general a 3,20€, y reducida para menores de 12 años a 1,60€ -niños de menos de 7 años no pagan-. Venta de entradas en el Aula didáctica. Tlf.: 985 978 401

Horario de verano -01/04 a 30/09-: De miércoles a domingo de 10:30 a 17:30. Lunes y martes cerrado.

Yacimiento arqueológico de Ulaca (Ávila)

Este asentamiento fortificado es un yacimiento arqueológico situado en la provincia de Ávila, concretamente, en Villaviciosa (Solosancho) a 25 kilómetros de su capital. Es de origen vetón. Se emplaza sobre un cerro amesetado de la Sierra de la Paramera a cerca de 1500 m de altitud que queda aislado y cortado entre peñascales de granito. Hacia el Sur se abre un profundo barranco con la impresionante mole de la Sierra de Gredos al fondo.

Está declarado Conjunto Histórico-Artístico y fue la ciudad celta más importante en España. Entre sus restos destaca la muralla de más de 3 km de longitud, el torreón y el altar de los sacrificios.

El Castro de la Mesa de Miranda (Ávila)

Es otro de los yacimientos que se encuentra también Ávila, en el municipio de Chamartín. Este fue habitado por los vettones entre los siglos V y I a. C., por lo que esta zona debió ser abandonada cuando comenzó a tomarse el territorio por Augusto y a implantarse lo que se conoce como Hispania, como parte del Imperio Romano.

Asentamiento vetón de Las Cogotas (Ávila)

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En el municipio de Cardeñosa -Ávila-. Este es otro de los lugares de donde se han podido obtener pistas del modo de vida de las poblaciones anteriores al Imperio Romano, como la de los mencionados vetones, un pueblo de cultura celta que habitó en la zona de Ávila, Salamanca o Toledo durante la Edad del Hierro.

El conjunto escultórico mejor conservado lo conforman los Toros de Guisando (arriba), que se ubica en el cerro de Guisando, al lado de la Cañada Real Leonesa Oriental, en el término municipal de El Tiemblo, en la provincia de Ávila, que data del siglo II a.C.