Más jardines (y flores) para los niños hospitalizados

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El Jardín de la Paz Juegaterapia

Un niño hospitalizado no debe dejar de ser feliz. Afortunadamente, los peques tienen una impresionante capacidad de superación y un amplio espacio para la esperanza. Sus familiares arropan su estancia, pero los hospitales nos provocan un poquito de miedo, a todos. Hay que reconocerlo. Pero para ello los proyectos de Juegaterapia ponen todo de su parte; ya lo han demostrado.

En 2010 nació esta fundación que ayuda a que los niños sometidos a tratamientos –a veces tan duros como la quimioterapia- salgan del aislamiento y esquiven el miedo a través del juego. Todo empezó con la entrega a un pequeño paciente de una Play por parte de Mónica Esteban, impulsora de la fundación; hoy, en las terrazas en desuso de los centros hospitalarios, se construyen jardines y se habilitan zonas con alegres colores, dibujos y flores. El último objetivo de #ElJardínDeMiHospi, nombre del proyecto, ya está cumplido, en el Hospital Niño Jesús de Madrid.

Otra Arboleda de juegos

Este centro hospitalario es el cuarto que cuenta con estas zonas, en este caso gracias al diseño del arquitecto José María Sánchez García y a las aportaciones solidarias de empresas, asociaciones y particulares. Los realizados con anterioridad son los de La Paz y 12 de Octubre, de Madrid, y La Fe, de Valencia. También está en marcha el del Hospital Gregorio Marañón de la capital, en el que el cantante Alejandro Sanz y el arquitecto Rafael Moneo ya han plantado el primer árbol.

Arboleda de Juegos es el nombre que ha recibido el espacio del Hospital del Niño Jesús, un lugar que hará sentirse a los peques más cerca de la naturaleza, como si los jardines del vecino Parque de El Retiro invadiesen las estancias pediátricas del centro. Sol y aire libre ayudan en las terapias.

Un pasaporte hacia la salud

Por la salud de los niños en el Niño Jesús

Por otro lado, en este mismo hospital han puesto en marcha otra estupenda iniciativa, el pasaporte TIC-TAC, un proyecto de juego y acondicionamiento para los TACs, que a veces provocan nervios e incluso aburrimiento. Pues bien, cuando los peques tengan que acudir a la sala donde se realiza esta prueba radiológica se encontrarán con un lugar muy alejado de una instalación hospitalaria.

Recibirán un pasaporte y un lápiz y tendrán que resolver durante la prueba diagnóstica una serie de enigmas para recibir un premio. Seis serán los retos, entre ellos, encontrar insectos, realizar sopas de letras, orientarse en el mapa del hospital, identificar sonidos de animales… y, además, serán informados a través de un lenguaje adaptado a su edad del proceso médico. La sala estará ambientada con dibujos de insectos del Parque de El Retiro. Los pequeños que resuelvan los seis enigmas podrán chequear su pasaporte al acabar la prueba y recibir su regalo: por ejemplo, una medalla.