Por mucho que intentemos retrasarlo –¡da mucha pereza!- ha llegado el momento de guardar la ropa de verano y sustituirla por la de invierno, tanto en nuestro armario como en el de los peques. Imprescindible, nos lo debemos tomar con tranquilidad. El fin de semana es para descansar y disfrutar del ocio, pero es cierto que es el mejor momento para enfrentarnos a esta tarea. Merece la pena levantarse un poquito antes y meterse en faena el sábado por la mañana. Quizás si lo dejáis para la tarde os cueste más poneros a ello (recordemos la frase eterna: “bueno, mañana será otro día”). Sin perder tiempo, vamos a centrarnos en los armarios infantiles.
Planificación para evitar agobios
Lo primero de todo es tener a mano todo el equipo de almacenaje. Prepara en su habitación un taburete, una escalera (pequeña o grande, depende de si la ropa se va a guardar en un altillo o no), una bayeta para pasar por los zapatos (aunque ya los hayáis limpiado y cepillado) antes de meterlos en bolsas herméticas para la ropa y cajas o fundas transparentes para el calzado; mejor, siempre a la vista (más abajo os indicamos las más apropiadas).
Está bien que los niños –dependiendo de su edad- estén presentes en algún momento para daros alguna idea de la ropa que prefieren llevar con más frecuencia y para aleccionarlos en el orden, pero, para que el trabajo no se haga eterno, luego es mejor que se dediquen a jugar.
Ropa para guardar o desechar
Cuando se trata de niños y no hay hermanos que hereden sus prendas en buen uso, lo mejor es que hagáis un apartado en esa ropa de verano que vais a guardar (ocurre lo mismo con la de invierno que vais a ordenar) que se les ha quedado pequeña. Así la podéis donar.
Una sugerencia para las perchas. Si vais a colgar en ellas vestidos de fiesta o prendas que no queréis que se deformen, es recomendable coser en cada extremo de las perchas un trozo de tela, como si se tratase de hombreras. La idea es todavía mejor para el próximo cambio de armario, cuando haya que colgar prendas de abrigo o chaquetas, de mayor peso.
Cuando tengáis claro las prendas que hay que guardar para la próxima temporada, una idea práctica es utilizar bolsas de almacenaje al vacío con cierre hermético. En Amazon podréis conseguir a buen precio algunas de buena calidad, como las de Mountain Forged (seis bolsas por 15,99 euros) o las de Songmics (pack de 15 bolsas de tres tamaños por 20,99 euros).
Para los zapatos, zapatillas y sandalias os hacemos dos propuestas. Si disponéis de trastero, los conocidos como ‘bolsillos organizadores’ con varios apartados transparentes para cada par de calzado se pueden colgar detrás de una puerta o también en la parte interior de un armario. Lo mejor es que estén a la vista y no en fundas de tela oscuras o de colores. Otra propuesta son las cajas-funda para meter debajo de la cama, si hay espacio, o en el trastero o un altillo. Echad un vistazo a las de Inter Home (también de venta en Amazom por 12,99 euros con capacidad para 12 pares).
Limpiar el lugar de almacenaje
Una vez que la ropa que vais a guardar ya está organizada en bolsas o preparada para colgar en perchas, hay que realizar una limpieza de los armarios o espacios en los que vais a almacenar. Podéis poner bolsitas de plantas o semillas para que guarden buen olor. Si tenéis un armario para invierno y otro para verano, con la ropa para guardar ya podéis proceder: en los cajones, las camisetas y prendas superiores, en las perchas, los vestidos y camisas y blusas, pero para los pantalones y faldas, lo más indicado son los pantaloneros y perchas con pinzas.
La ropa de playa (bañadores, biquinis, pareos…) es mejor guardarla en una bolsa plástica, toda junta y bien doblada, tengáis un hijo o más.
Ropa para ‘reestrenar’
Al organizar las ropa que van a usar esta temporada, a la hora de colocarla en cajones y armarios, el procedimiento es el mismo que con las prendas que habéis guardado en caso de contar con dos armarios. Pero con la ropa de invierno (y dependiendo de si llevan o no uniforme al colegio) poned más a la vista prendas que más se ponen. Cuando la saquéis del lugar donde han estado guardadas limpias y bien dobladas solo hará falta darles un planchado (no hace falta hacerlo en el mismo día, sino según decidáis la que van a usar en tres días, por ejemplo).
En los armarios es mejor colocar la ropa de invierno de mayor a menor; es decir las prendas superiores y más cortas en medio armario y en el otro las largas. Recordad, porque es inevitable, que entre el estirón que posiblemente han dado y las ganas de estrenar de verdad algo (que todos tenemos), hay que dejar un espacio para la ropa que se compren esta temporada. Y poneos un reto: fijad unas horas para que todo esté en orden; además de una satisfacción es una buena terapia para enfrentarse a ello.
B.C.
