Los esfuerzos en seguridad funcionan

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Hace unos días saltaron todas las alarmas de los padres tras el accidente ocurrido en la montaña rusa del parque de atracciones de Madrid.

Las primeras noticias fueron impactantes y seguro que a muchos padres/madres les ocurrió un déjà vu de momentos pasados con los hijos en atracciones similares.

La verdad es que –y no es por minimizar los hechos- el percance fue menos de los parecía en un principio. Evidentemente eso no lo dirán aquellos que resultaron heridos, pero no deja de ser obvio que fue leve en comparación con lo que podría haber ocurrido. Y si no, recordemos el accidente que aconteció hace unos meses en una atracción tan inofensiva como puede parecer ser un castillo hinchable, en el que trágicamente murieron dos niños cuando se desenganchó y salió despedido.

Aunque no tenga relación aparente con lo expuesto, debemos recordar otra de las lacras del verano: los ahogados. Me recorre un sudor frío cuando escucho la cifra de víctimas de cada verano. Y esto pasa en playas, pantanos, piscinas públicas o privadas. Las estadísticas de muertos son brutales.

Un soplo de aire fresco me ha venido a la mente mientras leía un artículo perfectamente documentado de El Confidencial Digital (no confundir con El Confidencial) en el que informaban que en lo que va de año –y gracias los desfibriladores existentes en las playas catalogadas con bandera azul- se habían salvado la vida de más de 70 personas. !Bravo!

seguridad desfibriladoresEs cierto que realizar cualquier actividad siempre conlleva riesgos, no nos engañemos. Pero también lo es que no podemos encerrarnos –incluidos nuestros hijos- en una burbuja de cristal.

A veces rememoro –y no entiendo- como tras una juventud realizando actividades de alto riesgo todavía estoy aquí. Supongo que he tenido suerte.

Lo contrario del accidente del Parque de Atracciones, ocurrido tras miles y miles de viajes, y que al final fue menos de lo que podía haber sido. No me cabe la menor duda de que esto no fue por casualidad y de que con toda probabilidad la preocupación de la empresa por la seguridad hizo que el percance tuviera menores consecuencias. Y aunque solo de pensarlo me dé un escalofrío, seguiré yendo a la montaña rusa.

¿Las atracciones de las fiestas de verano? Uf, esas sin embargo me asustan más.