¿Qué deporte es el mejor para mi hijo?

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deporte para niños

Desde hace ya algunos años las alarmas están disparadas: España es un país de obesos. Al dudoso honor de ser, tras el Reino Unido, el segundo país de Europa con más obesos, se le une el estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), este mismo año, que sitúa a nuestro país con alrededor de un 40% de niños con sobrepeso (sólo superados por Chipre) de los cuales un 19% de los niños y un 17% de las niñas, sufren obesidad.

Detrás de estas preocupantes cifras, los hábitos de vida son los grandes protagonistas. Está claro que la dieta juega un papel claro ya que curiosamente en España, gran productor de frutas y verduras, tendemos a consumir poco los productos de la típica dieta mediterránea y, por el contrario, el consumo de dulces y bebidas azucaradas es excesivo. Al tema de la dieta se le añade el factor de que los niños españoles practican menos deporte que los de otros países europeos.

A la vista de estos datos por lo tanto, además de controlar su dieta, la pregunta obligatoria no es si mi hijo debe hacer deporte, lo que en realidad debemos plantearnos es ¿Qué deporte o deportes son los más adecuados para mi hijo?

Variables a tener en cuenta en la elección
variables en el deporte de nuestros hijos

Antes que nada quiero desterrar mitos o tendencias propias de épocas pasadas que hoy en día han quedado demostradas como falsas o inútiles. La primera es que no existen deportes por sexos. Ni el patinaje o la gimnasia rítmica son deportes para niñas, ni el fútbol es exclusivo para niños, por ejemplo. Tampoco es de recibo pensar que porque nuestro hijo practique un deporte de combate, vaya a convertirse en un potencial peligro para la sociedad; o que por practicar un deporte urbano vaya por las calles rompiendo papeleras. Lo que hace que un deporte sea mejor o peor para un niño, no es el deporte en sí, sino las condiciones de enseñanza que establezca el preparador. Por lo tanto, elige bien a su entrenador.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es su edad. Según sus edades, los niños poseen diferentes capacidades para entender las reglas, diverso desarrollo motriz y diferentes niveles de concentración. A pesar de que existen muchos programas deportivos en edad preescolar, en realidad no es hasta los ocho o diez años cuando el niño tiene la capacidad física, es capaz de mantener la atención de manera prolongada y posee la habilidad para comprender las reglas para practicar un deporte de manera organizada. Por ello, en edades tempranas conviene prestar atención a sus inclinaciones cuando juega libremente: correr, saltar, tirar balones, nadar, escalar, bailar… Esto nos dará una buena pista sobre el deporte que más le va seducir.

Es importante entender el desarrollo físico y psicológico para definir el estilo del deporte y el rol que el niño puede desempeñar en él. Si bien los deportes se pueden clasificar en varios subgrupos por los elementos que los relacionan, hay dos categorías principales en las que se pueden agrupar: individuales y colectivos. Los primeros resaltan el esfuerzo personal, el sacrificio y una mayor cuota de constancia; mientras que los segundos estimulan el trabajo en equipo, la solidaridad y el compañerismo.

Saber cuál es el objetivo que se busca cuando se escoge un  deporte es importante. Antes de tratar de forjar una carrera deportiva, debe prevalecer la diversión y los beneficios que se logran a través del deporte. Están los directamente relacionados con la mejora de la salud física: resistencia, flexibilidad, fuerza o coordinación; o también se puede tratar de contribuir a la mejora de la autoestima, el desarrollo del pensamiento abstracto, el aprendizaje del trabajo en equipo o reconocer una autoridad fuera de los progenitores, entre otros.

Y, por supuesto, practicar el deporte sin presión. Forzar a un niño a practicar un determinado deporte puede tener efectos contraproducentes y de rechazo, por lo que es preferible utilizar el estímulo como principal aliado para practicar la actividad física. Se trata de educar al niño en un estilo de vida activo, teniendo en cuenta el entorno físico y social, sus características personales y la influencia familiar.

¿Cuánto deporte es adecuado para un niño?

Sabiendo que existe una relación directa entre la cantidad de ejercicio y los beneficios sobre la salud, la prevención de enfermedades y la obesidad del niño, también es cierto que a partir de ciertos extremos esta relación puede resultar confusa.

Parece que existe un cierto consenso en que el niño debe realizar al menos 3 o 4 días de deporte a la semana en sesiones de una hora u hora y media de duración cada una, aunque desde un punto de vista óptimo, lo idóneo sería aumentar las sesiones hasta 5 o 6 días por semana. En cualquier caso, no resulta aconsejable sustituir la actividad física por horas de estudio ya que los niños que practican un deporte reglado mejoran su disciplina, su capacidad de concentración y, en definitiva, sus resultados académicos.

Los deportes más típicos

El fútbol es el preferido de muchos padres, sobre todo si tienen hijos varones, pero no se os ocurra tratar de impedir que vuestra hija no juegue al fútbol (eso es del siglo pasado). Se trata de uno de los deportes que más colabora en el juego colectivo y, por ello, uno de los que más vínculos personales aporta. Entre sus cualidades físicas destacan el desarrollo de la resistencia, potencia, velocidad, coordinación y precisión.

En el baloncesto igualmente la base fundamental es el trabajo en equipo y entre sus cualidades físicas destacan la resistencia muscular, fuerza, potencia, velocidad, coordinación y la precisión.

El tenis es de carácter individual pero permite la relación con otros niños. Desarrolla la motricidad, la resistencia, potencia, velocidad, coordinación y precisión.

Las artes marciales ofrecen al niño la oportunidad de aprender grandes valores como las capacidades de su propio cuerpo y la no violencia. Es un buen canalizador para los niños más agresivos y se desarrolla la resistencia muscular, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, coordinación, agilidad, equilibrio y precisión.

La natación es muy recomendable a edades tempranas ya que el niño desarrolla el equilibrio, la coordinación y la disciplina, además de la resistencia y la resistencia muscular.

Otros deportes más originales

Por si quieres que tus hijos descubran el mundo de la actividad física pero prefieres que lo hagan de forma diferente, os propongo algunos deportes minoritarios con los que igualmente pueden disfrutar y lograr magníficos beneficios para su desarrollo, tanto mental como físico.

badminton

Aunque muchos padres puedan sorprenderse de que el frontón pueda ser una actividad extraescolar, la verdad es que lanzar una pelota contra una pared es algo de lo más habitual. Se trata de una disciplina que se puede practicar desde los cuatro años en la que se ejercita todo el cuerpo potenciando la velocidad, la coordinación, el equilibrio y la resistencia.

El bádminton requiere gran velocidad y capacidad de reacción y practicándolo se trabaja la coordinación, la resistencia, la agilidad y los reflejos.

Los 6 años es la edad recomendada para iniciarse en el tiro con arco, una disciplina que mejora la concentración, disminuye la impulsividad y favorece la psicomotricidad.

En el hockey línea, que se practica en pistas de madera o cemento y con patines en línea, se cogen velocidades de vértigo y resulta tremendamente divertido para los niños.

Si queremos que practique una actividad cero competitiva, el yoga es una disciplina milenaria que estimulará a los niños su creatividad, imaginación y sensibilidad. Aprenderán a mantener la calma en situaciones difíciles y crecerán con la mente tranquila.

Aunque no sea un deporte, el flamenco y las sevillanas ayudarán a los peques a introducirse en el ritmo y el compás, fomentando la psicomotricidad y la puesta en escena.

La escalada aúna una buena cantidad de habilidades físicas ya que practicándola se ejercitan una buena parte de los músculos de todo el cuerpo. Potencia la fuerza, la destreza, la flexibilidad, el equilibrio y la concentración.

Estas son tan sólo unas pocas propuestas entre las innumerables actividades deportivas que se pueden practicar hoy en día en la mayoría de las ciudades. Profundizando un poco, con toda seguridad encontrarás una que se adaptará a los gustos y características de tu hijo y, aunque no le guste practicar ningún deporte, con un poco de perseverancia acabará amando el deporte que elija. Lo importante es que no te rindas hasta encontrarlo.