Llega el momento de decidir a cuantas actividades extraescolares le apuntaré

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actividades extraescolares

Se lo escuche a una amiga el otro día. “Los lunes y miércoles la llevo a natación, nada más salir de clase. Luego inglés. Los martes y jueves, primero a baile y después creo que puedo cuadrar o música en el centro municipal o quizás patinaje”.

– ¿Y los viernes?- pregunté ingenuamente.

– Pues un poco de parque, hombre, que también se tiene que divertir- respondió con mirada pícara.

Y esta conversación, aunque pueda parecer un poco en broma, es real, muy real, y eso que hablo de los planes para una niña de 6 años. La falta de tiempo (las extraescolares son un sitio donde ‘colocarlos’ unas horas mientras volvemos del trabajo) pero también la obsesión para que nuestros hijos salgan muy preparados, hace que les apliquemos una agenda de actividades muy apretada.

Los expertos coinciden en que es importante que hagan deportes, idiomas o refuerzos en las asignaturas que peor se les dan cuando son un poco más mayorcitos, pero cuidado con no sobrecargarles demasiado. Son niños y necesitan como el aire jugar.

El gabinete de psicología infantil Crecer afirma que a favor está que “son actividades educativas y enriquecedoras para el desarrollo de los más pequeños, siempre que les dejen tiempo para el descanso y el juego. Pero por contra: en ocasiones prima más el deseo de los progenitores que el del propio niño en realizar tal o cual actividad así como el exceso de exigencia en el rendimiento que puede llegar a estresarle”.

Hasta los 6 años mínimo 2 horas de parque

Este mismo gabinete opina que hasta los 6 años la necesidad principal de los niños es jugar libremente a diario un mínimo de dos horas por lo que acudir al parque sería la mejor actividad extraescolar. En caso de no ser posible deberían desarrollar actividades que no exijan normas siendo aconsejable que hagan dibujo, pintura o algún inicio al deporte.

A partir de los seis años es importante que los niños den su opinión sobre las actividades que les gustaría practicar y, aunque los padres pueden orientar basándose en la edad, gustos, carácter y habilidades del niño, nunca deben escoger o imponer una actividad. De esta forma estarán motivados y se divertirán. Por el contrario, si la actividad se convierte en una obligación puede ser contraproducente y generar estrés en el niño. Si tenéis dudas sobre qué actividad elegir podéis proponerle que asista a una clase de prueba para ver realmente cuál le gusta. Una vez establecido el horario de actividades es recomendable que el niño se comprometa a respetarlo y comprenda que no puede saltarse las clases por capricho. De esta manera le enseñamos a terminar lo que empieza. También es importante que los progenitores hagan un seguimiento de las actividades para saber cómo evolucionan. De esta manera podréis detectar si los niños se sienten estresados, desmotivados o cansados, o si estas actividades están afectando a su rendimiento escolar.

niños salir a la calle a jugar

Las actividades tienen que adaptarse a sus gustos y habilidades


Para Crecer, “Las actividades extraescolares tienen que adaptarse a los gustos y características de los niños por lo que si tu hijo tiene problemas para relacionarse anímale a que practique actividades de grupo (baloncesto, fútbol o voleibol). Si es nerviosos le vendrá bien una actividad que le obligue a controlarse (artes marciales, natación, ajedrez) y si prefiere actividades más solitarias puedes animarle a que tocar algún instrumento musical o a practicar patinaje o pintura.

El 90% de los niños hacen extraescolares


Según un artículo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), “más del 90 % de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de seis a dieciséis años) hacen alguna actividad extraescolar, mientras que algo más de la mitad acuden dos o más veces a la semana a clases extraescolares, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional”.

Según Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, “cuando las actividades extraescolares que se cursan son del agrado de los niños y niñas, les generan experiencias positivas y ayudan a la formación de su autoestima. “Ello favorece un buen desarrollo socioafectivo, imprescindible para su futuro social y laboral. Además, son nuevos entornos socializadores y, en este sentido, son imprescindibles para que puedan aprender a identificar y gestionar emociones, formarse con otros referentes adultos, establecer amistades diferentes de las del colegio y el instituto. Asimismo, les aportan conocimientos y competencias que en el sistema educativo reglado pueden no trabajarse profundamente”, añade Jordi Perales, tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC.

Sin embargo, para que las extraescolares puedan aportar toda esa lista de beneficios, los expertos consideran clave tener presente que no se trata de un tiempo obligado. Por lo tanto, deberían ser un espacio donde los niños y niñas puedan desarrollar habilidades que consideren que pueden gustarles o encontrar ambientes en los que se sientan cómodos, aceptados y contentos.
“Deberíamos alejarnos de actividades que sean simples refuerzos escolares. Si a un niño o niña no le gusta una determinada área, ¿qué nos hace pensar que le va a gustar esa misma área en una extraescolar? Los alumnos ya pasan muchas horas en la escuela; las horas de extraescolares deberían ser las que más les gusten. Eso sí, conviene tener claro que una actividad extraescolar no puede convertirse en algo sin criterio ni rigor”, explica Perales. El experto añade que no se trata solo de “compensar” aquello que la escuela no pueda ofrecer, sino de permitir al niño o niña que pueda dedicar su tiempo a actividades que le gusten.

robotica niños actividades extraescolares

La pregunta del millón: ¿cuáles y cuántas elegir?

Los expertos coinciden en que es una elección que hay que pensar y analizar tranquilamente. Y en lo que casi casi todos están de acuerdo es que lo principal es que sea una actividad que les guste. Pero también hay que considerar otros aspectos.”Los aprendizajes escolares deben darse en las instituciones educativas, pero podemos detectar cierta ‘torpeza’ motora en nuestros hijos y pensar que un deporte o una actividad física que implique el movimiento corporal les podrá ir bien, o podemos observar que tienen facilidad para la música u otra actividad artística y que esto les provoca satisfacción, por lo que podemos ayudarlos a trabajarlo”, explica Sylvie Pérez.

Pero estos expertos aconsejan mantenerla al menos dos trimestres para enseñar el valor del compromiso y dar una oportunidad a los nuevos ambientes. No obstante, también hay que ser flexibles “y permitir que estas actividades sirvan de ensayo para que los niños y niñas puedan probar qué les gusta, qué se les da bien…”, señala Sylvie Pérez.

En cuanto al tiempo que hay que dedicar semanalmente a estas actividades, lo ideal es no sobrecargar la agenda de los más pequeños ocupando todas sus tardes con actividades extraescolares. Sylvie Pérez aconseja un máximo de tres tardes semanales ocupadas con extraescolares. Además, hay que evitar acumular diferentes extraescolares en una misma tarde.

Pues como decía al principio, todo lo contrario que lo que tiene planeado mi amiga. Ha quedado claro, las extraescolares pueden tener muchos beneficios, pero no son unos canguros de nuestros hijos.

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