Cómo evitar riesgos de ahogarse este verano

Los lugares con menor vigilancia es donde en mayor número se producen estas tremendas tragedias

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consejos para no ahogarse este verano

Los datos registrados de muertos por ahogamiento en España son alarmantes. Por ejemplo, en 2019, fueron 440 muertos por ahogamiento, un 18% más que en 2018. Este año, esperemos que las ganas de bañarse en playas y pantanos tras el confinamiento, no vea aumentada esta trágica estadística.

Por ello, estas cifras nos tienen que poner alerta ahora que nos vamos de vacaciones con la familia, pero también debemos analizarlas con rigor.

Solamente se necesitan unos segundos para que un niño se ahogue

Lo cierto es no son los niños los que más sufren estos accidentes. El perfil de la mayoría de los ahogados en nuestro país es el de varón de más de 35 años, español y en playas sin vigilancia.  Pero es verdad que mueren todos los años muchos niños por ahogamiento según reconoce la Organización Mundial de la Salud. Curiosamente no son las playas los sitios más peligrosos. Al contrario, más de la mitad de los niños que se ahogaron fueron en piscinas, en su mayoría privadas, luego pantanos, ríos y, por último, en el mar.

Las piscinas privadas donde se ahogan más niños

La lectura de estos datos da a entender que es en los lugares con menor vigilancia donde se producen estas tremendas tragedias. ¿Quizás porque bajamos la guardia? Seguramente. Hay un vídeo estremecedor que recorre la red en el que se ve como un niño finlandés ahogarse en una piscina rodeado de gente sin que nadie se dé cuenta.

Los expertos tienen muy claro el por qué y afirman que existe el mito de que las personas que se están ahogando avisan, bracean y gritan. Todo lo contrario, por norma general el ahogamiento dura uno o dos minutos como máximo, es una lucha silenciosa por tratar de respirar y es muy sutil. Solo los profesionales están entrenados para percibir las señales de que alguien está en problemas.

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Consejos a tener en cuenta para limitar los riesgos de los niños en zonas acuáticas

  • Las piscinas sin vigilancia son peligrosas. ¿Basta con que el niño sepa nadar para no ahogarse? No, no te garantiza no se ahogue. Cuando sales a correr y te da un tirón o te cansas mucho, puedes parar. En el medio acuático, te ahogas. El hecho de saber nadar no le exime.
  • ¿Somos todos socorristas? Para ayudar a alguien en el mar tienes que saber cómo. Es fundamental tirarse al mar con algo que flote para acercarse al que se está ahogando. Si se lleva solo la angustia y la voluntad puesta, el drama puede ser doble.
  • Hacer caso a los socorristas. Es muy importante que la gente se dé cuenta de que los socorristas no están allí para fastidiar. Vigilan y tienen conocimientos para actuar. De hecho, en las playas vigiladas apenas hay ahogamientos.
  • La bandera roja es bandera roja. No juguemos a ser Superman. La bandera roja es muy clara en su declaración. El mar está muy peligroso y está prohibido bañarse. Incluso cuando hay bandera amarilla debemos extremar las precauciones y ser muy cautos.
  • Huir de piscinas que no estén valladas. Si vamos con peques las piscinas deberían estar valladas y cerradas en caso de que tengan acceso a ellas niños pequeños. La mayoría de los ahogamientos infantiles ocurre en piscinas particulares.
  • Enseñar a los niños a nadar y darles ciertas nociones de seguridad en el agua. Conviene no olvidar aun así que las corrientes siempre pueden jugar una mala pasada. Hay que alertarles igualmente sobre juegos peligrosos como las aguadillas.
  • Aprender técnicas de rescate, primeros auxilios y reanimación. No se trata sólo de saber nadar. La mayoría de los ahogamientos ocurre en playas donde no hay vigilancia, si nos pasa a nosotros podemos salvar una vida querida de ahogarse.
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  • No relajar la vigilancia. En casi todos los ahogamientos de niños hay un adulto que se ha distraído. Solamente se necesitan unos segundos para que un niño se ahogue. Esta persona no debe atender llamadas o ir un segundo al baño sin dejar a otro adulto a cargo.
  • No dejar a los niños cerca del agua mientras se hace otra cosa. Piensa que aunque creas que el niño es muy bueno y que nunca se metería solo, sigue siendo un niño.
  • Los flotadores no son infalibles. Dejar al niño con un flotador en la piscina no es vigilarlo. Los flotadores, los churros y otros dispositivos dan una falsa sensación de seguridad. Ningún sistema sustituye la vigilancia de un adulto.
  • Sacar todos los juguetes y cosas que puedan llamar la atención al niño y hacerle caer al agua. El niño que nunca se metería solo puede querer coger un juguete o una pelota del agua.
  • Ojo con los pantanos y ríos. No debemos confiarnos en pantanos y ríos, en muchas ocasiones las corrientes no apreciables puedan causar un ahogamiento mortal.
  • Playas con Bandera Azul la mejor opción. Además de ser las más seguras en principio -mejor señalización y vigilancia- cuentan con desfibriladores, lo que ha supuesto en lo que va de año salvar la vida a más de 70 personas.

Hay una cosa que está clara. Los niños son responsabilidad de los padres por lo que nunca deben delegar plenamente en otros adultos o niños, y ni siquiera en los socorristas. La gente tiene fallos y ese no nos lo perdonaríamos jamás.